sábado, abril 04, 2009

Cómo hablar con eficacia.



Esta semana estuve asistiendo a un curso llamado: "Cómo hablar con eficacia: Clave del éxito empresarial." El curso me llamó mucho la atención porque aprendí lecciones muy valiosas en muy poco tiempo, señal inequívoca de que los profesores eran verdaderos maestros de la materia que impartían.

El curso fue impartido por Josep Mas Font y Santiago León Surroca, dos personas que transmitían una energía positiva en todo momento y un entusiasmo contagioso a todos los que estábamos allí presenciando el curso. 

Los objetivos del curso se centraron en 5 puntos:

1. Incrementar la confianza para poder llevar a cabo una presentación dinámica.
2. Mejorar las técnicas de persuasión.
3. Eliminación de malos hábitos como el excesivo uso de papeles, la memorización, coletillas...
4. Manejo de situaciones complicadas o imprevisibles como distracciones, interrupciones, preguntas difíciles, etc
5. Aumento de la claridad y de la credibiliad en la Presentación oral.

El curso se inició haciendo hincapié en dos habilidades fundamentales que son la Implicación, parte fundamental para el aprendizaje, y el Autoconocimiento, qué estamos haciendo bien cuando nos comunicamos con la gente.

Los factores que son imprescindibles para realizar una exposición con éxito son:

- La preparación. 100% importante, nunca improvisemos porque sino fracasamos. Con preparación no hay miedo. FUNDAMENTAL.
- Amenidad. No transmitir aburrimeinto.
- Escuchar. Saber escuchar, es básico. Seamos empáticos.
- Lenguaje corporal. Este es el dato que me dejó más impresionada de todo el curso. En una exposición pública, el 93% es el CÓMO de la comunicación: Tono de voz y lenguaje corporal en todas sus facetas. Y dentro de este 93%, un 38% es el tono de voz y un 55% es lenguaje corporal. Y el 7% es el QUÉ, es decir, el lenguaje verbal. 
Es importantísismo saber CÓMO decimos las cosas. Nunca hablemos de lo que no sepamos.
- Tener claro el objetivo. No se habla por hablar.
- Ambiente. Es imprescindible la colocación de las mesas y el tipo de relación con los oyentes. 
- Conocer a la audiencia. No es lo mismo un público racional que un público emocional. 

Otra idea muy válida y esperanzadora: El buen orador se hace, no nace. El éxito de triunfar o fracasar hablando en público depende de la Autoconfianza, de la Comunicabilidad y de la Simpatía. 

Antes de empezar a hablar ya estamos aprobados o suspendidos. La manera en que saludamos a nuestro público lo dice todo. En las presentacioens intentar siempre ser uno mismo, no cambiar la personalidad ni manera de ser, pues si lo hacemos, seremos detectados por el público y nuestra presentación será un fiasco.

La audiencia sólo percibe un 20% del nerviosismo del ponente. Este es otro dato impactante porque cada vez que he hecho una ponencia en el trabajo, o en su día en la Universidad, me sentía tremendamente nerviosa e insegura, y saber que el público sólo detecta un 20% de ese miedo es muy tranquilizador.

Aprendimos a confeccionar mapas mentales. Para mí fue un gran descubrimiento porque soy una persona eminentemente visual. La mayor parte de la información me llega por la vista, y guiarme por colores y formas en una exposicion me salva la vida. ¡Cómo es que no lo había descubierto antes! Además, los mapas mentales no sólo sirven de guía sino que también potencian la memoria, nos ayuda a ser más creativos, aumentan nuestra concentración, organizan nuestras ideas, son más eficientes que líneas sobre papel.

El momento más crítico de hablar en público se desarrolla en los primeros segundos, y es por ello que debemos adquirir una postura que nos dé seguridad: Clavar las dos piernas en el suelo y mirar a todo el mundo. Una vez que adquirimos confianza ya empezamos a movernos. Además, otro dato relevante es que la gente se queda con el principio y con el final del mensaje. En la mitad de la presentación hay que escribir y hablar de cosas para que la gente no se duerma. Por este motivo, hay que lanzar un adrenalizador al inicio del discurso y otro al final. Es lo que realmente cuenta y con lo que se van a quedar.

Una de las partes del curso que más me interesaron fue la dedicada a las visualizaciones y al poder y la fuerza que tienen a la hora de conseguir nuestros objetivos. En este punto Josep no se detuvo demasiado porque no era el objeto del curso, pero hizo hincapié en la idea diciéndonos que es una técnica potentísima y que siempre estamos visualizando. Su poder es impresionante.

En mitad del curso salimos unos cuantos a hablar de un tema elegido por nosotros y guiándonos por nuestro mapa mental. Yo salí y conté mi experiencia cuando hice el Camino de Santiago sola hace 4 años. Al día siguiente pusieron los videos para que todos opinásemos cómo lo habíamos hecho. La mayoría lo hizo muy bien. La sensación de seguridad que se transmite es mucho mayor a la imaginada y, al menos yo, muchas cosas que mejorar.

Una de las cosas que más nos repitieron fue que nos interrelacionáramos antes con nuestro público, que lo saludáramos uno a uno si era posible para crear desde un principio una atmósfera favorable al buen entendimiento. Una vez en la presentación, es muy importante que sonriamos, pues significa que no soy una amenaza para el público, que mantengamos el porte sereno, nada de hacer cosas raras con el cuerpo y, muy importante, que hagamos un silencio inicial, pues las pausas en el inicio tienen mucho poder y, por último, ser corteses y educados porque recibimos lo que damos. 

La conclusión de la preparación es el momento que más influencia tenemos sobre nuestra audiencia. El mensaje debe ser claro, convincente y aplicable. Debemos resumir los aspectos claves e incitar a la audiencia a lograrlos y hacer sentir a la gente que has terminado.

Y por último, unos consejos prácticos una vez aue empecemos nuestro discurso:

- No empezar nuestro discurso con tono bajo, no paralabras ni tonos rutinarios.
- No disculparse innecesariamente.
- ¿Por qué no empezar por una pregunta?
- Cuidado con los chistes y las bromas. No son aconsejables pues se puede herir la sensibilidad de    algún asistente.
- Echar mano de alguna estadística.
- Valor de la anécdota. Contar alguna anécdota.

Como se puede observar el curso fue muy productivo y con mucha información, el nivel de los profesores fue altísimo, y llamaba la atención la cercanía y el entusiamo con el que se dirigían a nosotros. Fue un verdadero placer  poder haber compartido unas horas de mi vida con estas personas. Desde aquí, muchas gracias.






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